Si nos falta la palabra no nos encontraremos.
Es urgente recuperar en la practica la «cultura del diálogo» de buscar, compartir y ver, aun en las diferencias, aquello que nos une e identifica en los caminos de construcción social y cultural.
La comunicación es un acuerdo de significados. Conseguirlo es fuente de satisfacción, no conseguirlo es fuente de sufrimiento. En nuestro modelo de Ecología Emocional otorgamos a la gestión de los significados un papel clave en la generación del clima emocional. Uno se conecta al recuerdo de algo que sucedió. Uno mismo configura la película que emana del relato, del suceso vivido, apagando unas escenas, resaltando otras, dando más color a una base, cortando fragmentos de texto a algún personaje o, incluso, cambiando el protagonista. Dos personas en el mismo escenario pueden elaborar relatos bien diferentes de lo vivido. Ahí reside el reto de dialogar y ser capaces de «consensuar significados».
Nuestra forma de mirar y ver la realidad también es particular. Para poder dialogar con el otro, siempre diferente, es clave conectarnos a la humildad y trabajar para ser más competentes en el uso del lenguaje, a fin de que las palabras se conviertan en puentes que nos unan en lugar de dardos que nos hieran.
«Si hay tantas opiniones como cabezas también se encontrarán tantas maneras de amar como corazones» León Tolstoi